Publicado en Graduados, el lunes 14 de diciembre de 2020

Este miércoles 16 de diciembre se estrena por todo lo alto “Rompan todo” en Netflix, una serie documental sobre la historia del rock en Latinoamérica, creada y producida por Nicolás Entel (graduado CNBA 1994), junto al director Picky Talarico y Gustavo Santaolalla. Con entrevistas a más de 90 músicos influyentes, la serie promete ser de lo mejor de este fin de año.

¡Hablamos con Nicolás para conocer su historia y qué hay detrás de esta gran apuesta!

¿Cómo llegaste a hacer “Rompan todo” en Netflix?

Ya había trabajado con diferentes músicos, tenía buenas relaciones con compañías discográficas y ya venía con esta idea en la cabeza. Un día Netflix me contactó porque buscaban ideas para hacer una docuserie en español (un formato que se había puesto de moda, pero no había mucho en habla hispana), y así empezó “Rompan todo”. Mi idea era grande: me interesaba hacer algo que tuviera repercusión en toda la región. Por eso, lo que propuse no era solamente contar la historia del rock en América Latina, sino contar la historia de América Latina a través del rock. Tiene algo de Galeano.

¿Cómo fue el proceso de construir el documental?

Una de las primeras decisiones fue que íbamos a entrevistar a los grandes que escribieron rock en español. Hablamos con 90 megaestrellas del rock, de 7 países de América Latina. Las entrevistas las hizo Picky Talarico, el director. Pero uno de los mayores desafíos -y un éxito- fue conseguir los derechos de unas 140 canciones, con todos los hits más algunas versiones inéditas. Todo eso es una locura de conseguir. El equipo de archivo hizo un trabajo titánico. También tuvimos el valioso aporte de Gustavo Santaolalla, que nos obligó a ser muy rigurosos en la investigación.

Nicolás Entel, graduado CNBA, dirigió otros films de éxito como "Pecados de mi padre" y "Orquesta Típica".

¿Qué significa llegar a un público tan masivo como hoy ocurre con el streaming?

En realidad siempre trato de encontrar este equilibrio entre producciones que considero inteligentes, pero que sean masivas también. No me interesa lo hiper comercial ni lo que es tan oscuro que nadie lo ve. Mi anterior película “Pecados de mi padre” -la historia de Pablo Escobar contada por primera vez por su hijo y su viuda- también se había transmitido por todos lados. Pero lo que es cierto es que Netflix nos dio oportunidades que no te da casi nadie hoy. Pudimos hacer las cosas a lo grande, comprar derechos, filmar en 8 países, y nos dieron mucha libertad. Netflix revolucionó la industria y creo que de alguna forma simplificó el proceso de producción.

Vivís en Nueva York hace más de 20 años. ¿Cómo es esa experiencia, haciendo cine y creando una carrera allá?

Yo me vine porque tenía 22 años y alguien me ofreció la oportunidad. No me fui enojado ni me tuve que ir exiliado, como les ocurrió a tantas otras personas. Quizás si hubiera nacido acá, estaría viviendo allá en Buenos Aires. Respecto a la carrera, al llegar te vas creando. Lo que sí es interesante es que a mí no me llaman para hacer cosas gringas, ni argentinas, ni mexicanas, sino para proyectos que están “en el medio”. Es que es más fácil pensarse a uno mismo como latinoamericano de toda la región, o construir un vínculo cultural, laboral y de afecto con toda América Latina desde Nueva York que desde Buenos Aires. Puede sonar polémico pero es así: no hay tanto intercambio cultural desde Buenos Aires a Guadalajara, por ejemplo. Somos muy aislacionistas. Hoy, yo le dedico mucho tiempo y esfuerzo a que mis hijos aprendan español y que reclamen para ellos todo el continente.

¿Pensás que el CNBA influyó en tu vocación y tu carrera?

Me gusta leer, investigar, y creo que lo que me enseñó el Colegio es a poder comparar y mezclar múltiples textos. Esa capacidad de asociación, de temas de historia, filosofía, etc, la vinculo mucho con la educación humanística que tenemos. Si bien mi pasión durante el secundario era la política, como me gustaba mucho el cine, durante 5° año empecé un curso con Pino Solanas los viernes a la noche. También fui a un taller que daba a contraturno en el CNBA Rodolfo Otero, un gran profesor de cine a niños y adolescentes. Todo eso me hizo descubrir la vocación.

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