Proyecto de redefinición del uso del espacio colegial como propuesta de crecimiento para el Colegio

(Puede descargar el proyecto aquí)

El proyecto de redefinición del uso del espacio colegial tiene dos propósitos, uno pedagógico y otro dirigido a dar respuestas a demandas de la comunidad. Ambos suponen un crecimiento para la institución; el primero está vinculado al enriquecimiento con material didáctico en las aulas para dar apoyo a propuestas de actualización e innovación de las áreas de enseñanza; el segundo está dirigido a la ampliación de la matrícula escolar, y por ende de la planta funcional docente.

Redefinición del uso del espacio colegial: aulas enriquecidas con material didáctico específico

Actualmente el plan de estudios del Colegio Nacional Buenos Aires está organizado por disciplinas, y los espacios de enseñanza por grupo determinado por edad y año escolar, como es tradición en la escuela argentina. En general el espacio del aula está definido por el grupo-clase y no por el área de conocimiento a ser enseñada.

En el Colegio, existen disciplinas que históricamente cuentan con laboratorios y aulas para el dictado de sus clases; estos son los gabinetes de Química, Física, Biología, Astronomía, Geografía, Informática, Música, Plástica y Educación Física. En los primeros tres años del plan de estudio hay cinco áreas curriculares que no tienen espacios específicos asignados donde puedan enriquecer la enseñanza con material didáctico propio: Castellano y Literatura, Matemática, Lenguas extranjeras (Francés e Inglés), Latín e Historia; en cuarto y quinto año se desarrollan otras cinco asignaturas sin aula designada para su desarrollo: Derecho, Economía, Filosofía, Psicología e Historia del Arte.

Las aulas cuentan con bancos fijos de madera organizados por hileras y el ambiente no presenta material de estudio del área, más allá de los instrumentos o libros que los jóvenes llevan a la clase. Además, el estado de conservación de estos espacios está lejos de ser óptimo: las paredes y los bancos están en mal estado o con intervenciones que se acumulan año tras año y varios de los televisores de 50 pulgadas colocados el año pasado ya tienen roturas.

Estas condiciones de inequidad de recursos y espacios entre departamentos, y el mal estado de las instalaciones, junto a los objetivos de mejorar la institución, son el marco para proponer enriquecer las aulas con material para la enseñanza específico de cada disciplina y lograr espacios que permitan la organización del estudio de manera diversa: trabajo individual, de pequeños y grandes grupos, clases expositivas, talleres, actividades de investigación, etcétera. Esta propuesta sólo es posible si cada departamento tiene aulas asignadas de uso exclusivo.

La enseñanza y las tareas de estudio se potencian en ambientes enriquecidos de aprendizaje, esto se logra organizando la vida escolar en espacios disciplinares, dejando de lado la lógica del espacio de referencia de la “división” o “sección”. La organización de las aulas por área temática permite una planificación institucional a corto y mediano plazo de dotaciones de equipamiento pensado para la enseñanza de cada disciplina. Así, cada equipo docente podrá organizar sus propuestas teniendo en cuenta la dotación progresiva de computadoras, material didáctico, bibliografía, entre otros recursos que soliciten. Los profesores podrán diseñar la disposición de las aulas de acuerdo con la propuesta didáctica que pongan en marcha, o a los requerimientos comunes del departamento. Esto significa que también podrán pensar y solicitar mobiliario específico de acuerdo a la propuesta departamental.

Los docentes de las asignaturas que hasta el momento no contaban con aulas de uso exclusivo, podrán apropiarse de su espacio de trabajo porque lograrán planificar, no sólo la consigna y los materiales que deben proveer los estudiantes, sino también el ambiente de aprendizaje, porque el aula dejará de ser un espacio “dado” para convertirse en un lugar “a construir”.

Esta organización de las aulas por disciplina no significa, necesariamente, una profundización de la fragmentación escolar, dado que el trabajo entre áreas ha sido y seguirá siendo un desafío para los profesores del Colegio. Los espacios, al ser programados por los docentes, también podrán ser utilizados para proyectos que integren más de una disciplina, las aulas podrán contener proyectos, no sólo asignaturas.

Los profesores estarán a cargo de su espacio escolar, sabrán con qué recursos y herramientas cuentan al comenzar la clase: la misma computadora donde ya dejaron el material preparado para toda la semana, el proyector y el equipo de audio, compartirán con sus pares momentos de organización y planificación. Los docentes podrán dejar la producción de sus estudiantes de una clase a otra y retomarán el trabajo sobre esta construcción. Las muestras y la producción de los jóvenes podrán compartirse en vitrinas en los claustros de cada área, entre otras posibilidades que brinda esta organización.

Cambiar la lógica del traslado del docente, a la del grupo-clase en función de la asignatura, supone romper con el espacio grupo tradicional y comenzar a pensar en la grupalidad y vida colegial de los jóvenes en la institución en su conjunto y no sólo en el aula.

Este proyecto requiere pensar los espacios disciplinares, los espacios comunes de los jóvenes, los modos y requerimiento de los traslados, los momentos y espacios de trabajo sobre la grupalidad y la pertenencia a la institución, los modos de aprender a ser “Estudiante del Colegio Nacional Buenos Aires” en lugares definidos de formas novedosas.

Desde la perspectiva del joven este cambio requerirá mayor grado de autonomía en el manejo de su vida en el Colegio, finalidad que nuestra institución siempre ha privilegiado entre sus propósitos educativos. El estudiante deberá conocer la secuencia diaria de las asignaturas y los lugares donde se realizan, deberá saber y reconocer al docente de cada materia y hacerse responsables, junto a sus compañeros, de la presencia en las clases.

Sin duda es un proyecto que profundiza el carácter universitario del Colegio, ya que distingue a las disciplinas no solo por sus docentes y su enseñanza, sino también por su ubicación espacial. Los jóvenes, como en las facultades que cuentan con laboratorios y departamentos, cambiarán de aula según la materia a cursar. El Colegio demandará a sus estudiantes una mayor independencia en el manejo de los tiempos y traslados, no será el docente que llegue al aula y marque el comienzo de la clase, sino que serán los jóvenes quienes ingresen al aula para dar inicio a sus tareas de estudio. Esta responsabilidad ya es hoy ejercida por los estudiantes cuando tienen cursadas diarias de los siguientes tipos: Castellano (2 horas), Plástica (2 horas), Informática (2 horas) e Historia en primer año o Matemática (2 horas), Física (2 horas), Latín y Biología (2 horas) en tercer año o Química (2 horas), Geografía (2 horas), Física y Economía (2 horas) en quinto año. Ningún docente ha manifestado hasta la fecha contratiempos en las previsibles llegadas tardes.

El Colegio deberá definir y configurar los espacios “fuera del aula”, para que los jóvenes puedan tener lugares propios donde dejar sus pertenencias, jugar y conversar con sus pares, hacer asambleas, realizar sus tareas, escuchar música, descansar en horas libres o simplemente estar. El estudio superará el aula y tendrá lugar también en los pasillos, en las salas de los estudiantes o en el “Patio Frío”.

Pero todo cambio supone tensiones, dudas y preocupaciones:
● ¿Cuáles serán los espacios de referencia para los grupos-clases, en especial para los primeros años que deben aprender a ser estudiantes del Colegio?
● ¿Cómo será la circulación de los jóvenes por la escuela?
● ¿Cómo será el seguimiento, en especial de los más chicos?
● ¿Cuál será el tiempo y modo de aprendizaje de la circulación en la escuela por parte de los jóvenes?
● ¿Qué cambios producirá el hecho de que los estudiantes más pequeños se crucen permanentemente con los mayores?
● ¿Cómo se redefinirán los roles de los tutores y preceptores?
● ¿Cómo serán las formas de apropiación y uso del espacio de las aulas por parte de los docentes? ¿Qué tensiones y dificultades traerán?
● ¿La planificación de aulas por disciplina requerirá de otros cambios: grilla horaria, régimen de promoción o de asistencia?
● ¿Cuáles serán las formas y los tiempos necesarios para la definición y dotación del material para las aulas?

Este proyecto requerirá, entre otras cuestiones:
- que los estudiantes tengan espacios que puedan “vivir” como propios: espacios de estudio y esparcimiento y que estos no entorpezcan la realización de las clases,
- que los docentes se responsabilicen por los espacios de enseñanza y los recursos que allí se encuentren,
- que los docentes logren apropiarse del desafío de generar una planificación, no sólo de las clases, sino también de los recursos necesarios a mediano y largo plazo,
- que la institución genere mecanismos para la dotación a corto y mediano plazo de los requerimientos de cada departamento,
- que los tutores tomen como objetivo prioritario ser los referentes institucionales de los grupos a cargo; y enseñarles el manejo del tiempo, espacio y tareas del estudiante del CNBA. Los tutores serán quienes conozcan a los grupos y logren un seguimiento de los avances, dificultades y desafíos de cada grupo-clase y de los estudiantes en particular. Serán los referentes también de los equipos directivos y profesores que necesiten información sobre los grupos o los estudiantes para la planificación de acciones institucionales o clases. Los tutores tendrán entre sus desafíos ser los actores claves de interrelación entre padres y Colegio. Este cambio requerirá un mayor número de tutores cuya dedicación les permitirá permanecer durante todo el turno, que los preceptores, según su formación de nivel superior, se constituyan en auxiliares docentes de los departamentos en términos pedagógicos, administrativos y de planificación del uso de los espacios; y que auxilien a los docentes o tutores. Los preceptores que concentran su labor en cuestiones administrativas, mantendrán estas tareas en el marco de los departamentos y brindarán apoyo a la organización y uso de los recursos y espacios en el Colegio,
- minimizar el traslado de los docentes entre las aulas del departamento para que puedan planificar el uso de los recursos,
- minimizar la cantidad de traslado de los estudiantes, logrando una caja horaria que concentre la mayor cantidad de cambios en los recreos, en especial para los dos primeros años,
- minimizar el traslado de los grupos que tengan estudiantes con dificultades de movilidad, y
- adecuar los mecanismos para regular la asistencia por espacio curricular.

Algunas decisiones que toman en cuenta estas preocupaciones y requerimientos:

- Se duplicó la cantidad de tutores en primero año, se prevé hacerlo en segundo año a corto plazo y de forma progresiva se realizará lo mismo con los grupos de 3ro. a 5to. año. Esto supone la disponibilidad de un tutor cada tres divisiones durante todo el turno.

- Se prevé la incorporación de lockers en los claustros del fondo de todos los pisos, para brindar un espacio donde el estudiante pueda cuidar y dejar sus pertenencias.

- Se diseñarán y construirán espacios similares al Patio Frío en cada claustro para generar espacios de encuentro entre estudiantes.

- Se invertirá el horario de clase de cada módulo, la primera hora será de 35 minutos y la segunda de 40 minutos. De esta manera se calculan 5 minutos de traslado entre aulas, en los casos que no coincidan los recreos con los traslados. De esta manera se logra una duración similar de las clases. Es interesante tomar en cuenta que los traslados existen actualmente y son muchos los estudiantes que realizan 3 desplazamientos a lo largo de la jornada sin que esto signifique pérdidas significativas de tiempo.


El crecimiento del CNBA, la ampliación de su matrícula

Al comienzo de la presente gestión (2011) las inscripciones al curso de ingreso fueron 825, mientras que en el presente año (2017) el Colegio recibió cerca de 1250 solicitudes. El incremento constante en la cantidad de aspirantes a la institución indica que el Colegio ha recuperado la excelencia de la enseñanza y formación de nuestros estudiantes. (La continua realización de concursos docentes ha sido un factor determinante para llegar a la actual situación). La selección entre una gran cantidad de aspirantes requirió aumentar la referencia de corte de ingreso al Colegio, de 670 a 730 puntos en el 2016. Esta realidad impone como prioridad la búsqueda de un uso eficiente de los espacios que permita incorporar a más estudiantes, dando así una mejor respuesta a la comunidad.

En la actualidad, el Colegio cuenta con 75 divisiones de primero a quinto año con aulas asignadas de manera fija. Dado que la mitad de las materias se dictan en Gabinetes y Laboratorios (Física, Biología, Química, Historia del Arte, Plástica, Informática, Música, Educación Física y parcialmente en Geografía), los estudiantes se trasladan y dejan vacías las aulas, con una capacidad ociosa cercana al 40%. Esta organización impide al Colegio aumentar su matrícula, a pesar de que muchos espacios se encuentran disponibles a lo largo del día. Reorganizar la utilización de las aulas permitirá el uso intensivo del espacio colegial, de esta manera se podrá planificar el ingreso de mayor cantidad de estudiantes a primer año y la asignación del turno mañana y tarde a la totalidad de los ingresantes. Bajo este esquema todos los primeros años cursarán en un turno diurno y progresivamente algunos grupos pasarán al turno vespertino, de modo de distribuir equilibradamente la matrícula del Colegio -lo que hoy no ocurre-, pero priorizando la cursada de los estudiantes más jóvenes en los turnos mañana y tarde. Por ejemplo, podríamos disponer 16 divisiones de primer año entre los turnos mañana y tarde y terminar con 3 de quinto año en el turno mañana, 3 en el turno tarde y 10 en el turno vespertino.

Para avanzar en el proyecto se han realizado varias pruebas de programación de las aulas y se evaluó la factibilidad del mismo. El ensayo permitió generar el siguiente esquema: el claustro de planta baja Moreno será de Matemática, el claustro de planta baja Alsina de Castellano y Literatura, el Claustro Central de Latín, las aulas del primer piso Alsina serán para Historia y Geografía, un aula del Subsuelo para Música y otra para Historia del Arte, las aulas del segundo piso para Filosofía, Psicología, Derecho y Economía; y las aulas del tercer piso corresponderán a los idiomas. Adicionalmente se prevé la recuperación de algunos espacios que originalmente eran aulas y hoy son ocupados por oficinas.

Organización viable de los claustros

La organización viable de los claustros según uso de aulas por carga horaria y mínima movilidad de profesores supone establecer que los departamentos tendrán aulas fijas que no se comparten y aulas de uso múltiple -donde el departamento del claustro tiene prioridad, pero puede ser usada para otras asignaturas-.


Matemática PB Moreno

au 1
au 2
au 3
au 4
au 5 (aula de uso múltiple)
au 6 (aula de uso múltiple)

Castellano PB ALSINA

au 1
au 2
au 3
au 4
au 5 (aula de uso múltiple)
au 6 (aula de uso múltiple)

 


LATÍN CLAUSTRO CENTRAL

au 1
Au 2
El departamento utilizará aulas de otras asignaturas

HISTORIA + GEOGRAFÍA 1er. PISO Alsina

au 1 Geografía
au 2 Geografía
au 3 (aula de uso múltiple)
GABINETE Geografía
El departamento de Geografía utilizará un aula de otra asignatura
au 4 Historia
au 5 Historia
au 6 (aula de uso múltiple)
El departamento de Historia utilizará aulas de otra asignatura

Derecho + Economía + Filosofía + Psicología
2do. PISO QUÍMICA

au 1 Derecho- Economía
au 2
au 3 Filosofía - Psicología

Francés + Inglés. 3er. PISO

au 1. Inglés
au 2 Inglés
au 3 (aula de uso múltiple)
au 4 (aula de uso múltiple)
au 5 Francés
au 6 Francés
SUM (aulas de uso compartido con la DEyBIE)

MÚSICA - HISTORIA DEL ARTE
SUBSUELO

au 33 Música
au 34 Historia del Arte

Educación Física. El departamento de Educación Física cuenta con el Campo de Deportes, el Natatorio y la Sala de Tatami en el SUM.