Publicado en Comunidad, el lunes 24 de mayo de 2021

211° Aniversario de la Revolución de Mayo

¡Libertad, libertad, libertad!

Palabras de la prof. Silvina Pessolano

“Libertad, Libertad, Libertad” reza nuestro hermoso himno a lo largo de sus dieciocho estrofas, permitiendo esta hermosa frase que al cantarse resuene como un grito esperanzador no solo en nuestra querida patria, sino a lo largo y ancho del mundo.
Pensar la Revolución, un concepto constante a lograr en nuestro pensamiento histórico, es la razón de estas palabras.
La sola palabra revolución, nos interpela a rever cuántos cambios se produjeron, qué aspectos de la vida socio-económica se vieron transformados, de verdad fue una revolución política, o solo fue un esbozo de cambio para no cambiar nada.
Mayo de 1810 no puede ser visto como una fecha aislada y fáctica sin relación con nada. Los avatares políticos que se vivían en Europa en ese momento producto de las Guerras Napoléonicas, la influencia intelectual que emanaba de la Ilustración Revolucionaria y sus ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad y un Imperio Español que había comenzado un proceso de desgaste y desprestigio frente a sus habitantes de las colonias, sumado a una decadencia política económica hacia su interior, formaban un conjunto de procesos que iban confluir y desencadenar la epopeya libertaria de toda la América Hispánica.
Para muchos se trató de una revolución incompleta. Si bien se realizaron cambios políticos en la forma de gobierno, reemplazando a un Virrey sin autoridad legal por una Primera Junta de Gobierno -queda en discusión el famoso tema de “La Máscara de Fernando VII” para lograr tiempo frente a España con una pseudo legitimidad- conformada por criollos de renombre como Cornelio Saavedra, Mariano Moreno y Manuel Belgrano y cambios económicos desplazando al monopolio español en pos de la tan reclamada libertad de comercio, faltó el cambio social. 
En 1810 los esclavos seguían siendo esclavos a pesar de las premisas de libertad e igualdad, habría que esperar a ese primer grito genuino de independencia que fue la Asamblea del Año XIII para la liberación de vientres. Otro tema candente es el de la propiedad de la tierra, basta con leer a Belgrano, gran fisiócrata de estas pampas, para darse cuenta que el reparto de la misma está en el puño y letra del ex alumno del Nacional de Buenos Aires. Él considera que un país no puede prosperar igualitariamente si no se produce el acceso adecuado y equitativo a la tierra para todos y en especial para aquellos que la trabajan. Un verdadero reformista económico. Y por último los pueblos originarios, sojuzgados por los españoles y reivindicados por Castelli en la proclama de Tihuanaco, que busca restituir la libertad y los derechos que les habían sido usurpados por la fuerza. La Historia nos demostrará que lejos estuvo de obtener ello. De ahí la concepción de Revolución Incompleta.
Ahora volviendo sobre la primera frase de este discurso, pensar en Mayo nos llama a descubrir por primera vez en nuestra historia esa esencia tan importante para el ser humano como es la libertad. Durante años se convirtió en materia de lucha entre quienes la quisieron coartar para su verdadero dueño, el pueblo y quienes dejaron hasta su vida por lograr que hoy mientras escribo estas palabras ella se haga presente junto a mí.
Hemos presenciado epopeyas en la lucha por la libertad en estos dos siglos de historia, multitud de argentinos y argentinas escribieron, lucharon, soñaron y murieron por esta libertad que nombro hoy. Desde el lejano 1810 hasta nuestros días, las páginas de nuestros libros de historia resaltan la actitud desinteresada de esos soñadores de la libertad y condena al ostracismo de la injuria a aquellos que en pos de intereses personales y mezquinos atentaron contra el mejor regalo a que aspira el pueblo, la libertad. A ellos línea tras línea el juicio de la Historia los ha condenado a vivir en el infierno del vituperio y escarnio del que nunca fue su pueblo, ya que nunca pudieron encarnar el pensamiento y el sentimiento del mismo. Desclasados por su patria y por su pueblo solo podrán existir en las páginas más oscuras de la historia de nuestra amada Argentina.
Finalmente me abogo una frase de Manuel Belgrano “La vida es nada, si la libertad se pierde”. Por ello, para que nuestra vida tenga sentido quiero gritar bien fuerte para que se escuche en todos los rincones de nuestra hermosa patria, para el gran pueblo argentino Libertad, Libertad, Libertad.
 
Imagen: La Revolución de Mayo, óleo de Francisco Fortuny.