Publicado en Orquesta de tango, el lunes 22 de abril de 2013

El Nacional de Buenos Aires armó una orquesta. Piden que se lo estudie en Música.<--break->

Un aula y una milonga no se parecen en casi nada. Sin embargo, en los últimos años estos espacios comienzan a acercarse. El tango está llegando cada vez con más fuerza a las escuelas, y algunas hasta ya tienen sus propias orquestas dedicadas al ritmo rioplatense. Es el caso de una de las secundarias más emblemáticas de la ciudad: el Colegio Nacional de Buenos Aires.

Considerado inmoral en sus orígenes, en 2009 el tango fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, y es cada vez más reconocido por su valor artístico y estético desde el ámbito educativo. Varias instituciones del país han comenzado a dictar talleres extracurriculares de baile o fomentaron la creación de formaciones musicales para difundir el género entre los alumnos.

“Cuando surgió la idea de armar una orquesta, tenía dudas sobre qué iban a pensar los docentes, ya que este es un colegio clásico, con una tradición muy grande. Pero fue aceptado en todos los ámbitos”, contó a Clarín Román Daffinoti, director de Extensión del Nacional de Buenos Aires, quien explicó que, al hacer un censo entre 2.000 alumnos, descubrieron que más de una cuarta parte tenía intención de participar. “Del lado de los jóvenes, que suelen volcarse más al rock o al pop, fue muy bien recibido”, explicó Román. Y agregó que junto con la orquesta, el colegio cuenta con un ballet de alumnos y ex alumnos.

El tango tiene mucho que aportar a los jóvenes, aseguran los especialistas. “Es parte del patrimonio de Buenos Aires y del país. Es importante que se lo conozca para poder mantener nuestra identidad. Por eso es necesario que se incorpore a la asignatura de Música pero también a la de Historia”, consideró Gabriela Goñi, fundadora de la organización Quiero al tango, reconocida por la Legislatura porteña tras proponer juntar un millón de firmas para que el género fuese incluido en los programas de estudio de Buenos Aires.

“Es una práctica socializadora que, a través del abrazo, permite la integración. Los chicos experimentan una sensación de libertad”, explicó a Clarín la instructora de danza Marcela Lavorato. “Me gusta enseñar el significado del abrazo del baile, ya que representa poder sentir al otro. Es una manera de tener en cuenta al compañero. El tango puede dejar una enseñanza de integración más allá de lo musical”, agregó Lavorato, quien dicta talleres en escuelas porteñas.

El tango puede aprovecharse además para el estudio de la cultura. “Muchos chicos usan palabras del lunfardo como chamuyo, mina o chabón sin saber que fueron usadas en innumerables canciones. Es una oportunidad para aprender la etimología de esos términos”, opinó Marcelo Oliveri, de la Academia Porteña del Lunfardo.

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