Corrían los primeros años del siglo XX y el Colegio tenía por rector a Enrique de Vedia. Fue él quien impulsó la construcción de un nuevo edificio, grandioso y emblemático. En 1908, comenzaba a levantarse la obra que finalizaría en 1938, bajo el rectorado de Juan Nielsen, cuando se cumplía el 75° aniversario de la creación del Colegio.
Fue, justamente, por esos años cuando el Presidente José Figueroa Alcorta propuso anexar el Colegio a la Universidad de Buenos Aires, que dependía del Ministerio de Instrucción Nacional desde 1881. Finalmente, el Colegio fue incorporado a la UBA en 1911, cuando el ex alumno Roque Sáenz Peña era Presidente de la Nación. Esta anexión generó la renuncia del rector de Vedia, no a causa del acto administrativo en sí, sino por discrepar este con la concepción basado sobre el universalismo de quienes la propulsaron.
Es así como, durante la gestión del rector de la UBA, Dr. Eufemio Uballes, el Colegio Nacional de Buenos Aires fue incorporado a la órbita de la Universidad. El 4 de noviembre pasado, se cumplieron 100 años de este acontecimiento, que marcó un hito, y que hoy rememoramos como uno de los más importantes en la historia de esta institución.
Como unidad dependiente de la UBA, no fuimos transferidos en 1993 a la Ciudad de Buenos Aires y, por ende, seguimos siendo un establecimiento educativo nacional que pudo no implementar la Ley Federal de Educación, pues se observó que esta no ofrecía garantías para la excelencia que siempre honró a este Colegio; años más tarde conseguimos un órgano colegiado como el Consejo de Escuela Resolutivo, integrado por todos los claustros, único en su estilo, y hemos retomado el camino de los concursos docentes como la forma legítima y transparente de acceso a las cátedras. Hoy, podemos afirmar orgullosos, que 17 concursos de todas las asignaturas del currículo del Colegio se están desarrollando con normalidad. Son 277 los aspirantes que han optado por participar en ellos y no ha habido una sola impugnación presentada a los prestigiosos jurados, designados por el Consejo Superior para llevarlos adelante. Esto demuestra que hemos retomado el camino que jamás debimos abandonar.
El festejo que nos tiene hoy reunidos, en concordancia con la Noche de los Museos que se desarrollará durante la jornada de mañana, abre como nunca las entrañas de nuestra casa. Cientos de alumnos de las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires están recorriendo en estos momentos el Colegio para observar el trabajo que se realiza en los distintos gabinetes y laboratorios. Pero, además, se da la ocasión para distinguir los méritos y el compromiso de nuestros docentes y no docentes. Por otra parte, hoy cumplimos en saldar una vieja deuda académica al otorgarles a aquellos profesores concursados el diploma que los reconoce como tales, y entregamos, además, a los docentes y no docentes que han desarrollado su actividad por más de 25 años, en esta institución, una medalla recordatoria.
Otros sucesos memorables se avecinan. El próximo año se cumplen 350 años de la fundación del primer establecimiento educativo en el predio de la Manzana de las Luces, el Colegio de San Ignacio. Un teatral concierto y una magnífica exposición de arte plástico en manos de nuestros ex alumnos serán algunas de las muestras del cariño de los hombres y mujeres que han transitado por estas aulas. Además, el 14 de marzo de 2013, el Colegio conmemorará el 150° aniversario de su fundación. Un importante mural en el Claustro Central será la mayor obra que recuerde este acontecimiento.
Pero el Colegio Nacional no vive solo de sus glorias pasadas. Su desafío permanente es la excelencia, la que día a día incluye a más chicos y chicas que nos reconocen como un colegio que sostiene esa excelencia. Y esto se constata no solo en el hecho de que hemos logrado reducir a la mitad el número de alumnos que quedan libres, sino en la enorme cantidad de premios que nuestros estudiantes conquistan, cada año, en las olimpíadas de Matemática, Biología, Química, Física, Astronomía, Filosofía y Educación Física, en los Modelos de Simulación de Naciones Unidas y del Poder Legislativo y en los concursos de Literatura. Detrás de estos premios, hay estudiantes ávidos de nuevos conocimientos y siempre profesores comprometidos con la enseñanza. Hoy ellos también están aquí.
Nuestro mayor reto es poder transmitir a todas las instituciones educativas del país esta experiencia, demostrar que sigue siendo posible innovar y, al mismo tiempo, conservar aquello que es el núcleo de nuestra tradición: el entusiasmo por el estudio.
¿Qué nos depara el futuro inmediato? La publicación del primer número de la revista del Colegio. Este y los que le sucedan serán fuentes privilegiadas para comunicar los avances que vayamos alcanzando. Para mejorar los actuales e incipientes medios de comunicación con la comunidad, la revista y el muy próximo programa por Radio UBA se constituirán, en adelante, en múltiples canales de circulación de la información; más democráticos, más participativos y de construcción colectiva.
Es imprescindible mencionar, en esta oportunidad, el trabajo tenaz de las autoridades del rectorado de la UBA, del equipo de conducción del Colegio, de sus docentes y no docentes, del aporte permanente y desinteresado, tanto de la Asociación Cooperadora Amadeo Jacques como de la Asociación de ex Alumnos y, sobre todo, del implacable compromiso de nuestros alumnos para con este, su Colegio, el Colegio de todos.
Hoy, complacido, los invito a disfrutar plenamente de esta fiesta.