Publicado en Graduados, el sábado 13 de junio de 2020

Liliana Blanco es graduada CNBA de la promoción 1977 (“Estropajo”). Es médica ginecóloga, especialista en reproducción humana y Directora del instituto PROCREARTE, centro líder en Argentina en tratamientos de fertilidad desde hace 20 años.

Su relación con el CNBA es de tanto cariño que, cuando fue elegida como presidenta en la Sociedad Argentina de Medina Reproductiva (SAMeR), pidió autorización a las autoridades del Colegio para hacerlo en el Aula Magna. “Fue un acto inolvidable, concurrió a la asunción uno de los pioneros de la fertilización in vitro a nivel mundial, el Dr. Renee Fridman, responsable del nacimiento de la primer bebé de probeta de Francia; en su honor tocaron La Marsellesa en el órgano”, recuerda.

En esta entrevista, Liliana nos cuenta sobre sus inicios, su trayectoria y cómo es trabajar en fertilidad.

¿Qué se hace en PROCREARTE?

En PROCREARTE realizamos todos los tratamientos que requieren los pacientes para lograr un embarazo, desde los más sencillos hasta los de más alta complejidad, como una fertilización in vitro. Cada uno de esos tratamientos se definen teniendo en cuenta el cuadro de cada pareja que nos visita.

¿Qué es lo mejor de tu trabajo?
Me encanta la relación médico-paciente. En 30 años he tenido enormes satisfacciones. Lo que me hace sentir bien es que, incluso los pacientes que no han logrado el embarazo, siguen agradecidos por la contención y el tipo de tratamiento que le hemos dado en la institución.
Por otro lado, hemos sido partícipes de un cambio social fundamental como fue la Ley de Matrimonio Igualitario y la posibilidad de realizar tratamientos en parejas homosexuales. Algunas de estas parejas optan por el método ROPA, en el cual una de las pacientes dona los óvulos que serán fertilizados y los embriones se transfieren en el útero de la otra, y de esta forma participan las dos madres activamente. Se trata de un método maravilloso que me enorgullece poder aplicar.

¿Cómo surgió tu vocación?
Desde muy chica siempre dije que quería ser médica. Nunca tuve esa incertidumbre de qué carrera seguir. Admiraba y quería muchísimo a mi Pediatra, porque en ese momento el médico era como parte de la familia. No pensaba que me iba a gustar tanto la ginecología, pero finalmente cursé en el Hospital Durand, tuve un ayudante que te hacía participar, y cuando hice la residencia, conocí a la Dra. Ester Polak, pionera de la fertilidad en la Argentina. Me llamó dos o tres años después, en 1988, para trabajar en su instituto cuando era el auge de la fertilización in vitro: ¡fue como tocar el cielo con las manos! Puedo decir que viví la evolución de la fertilidad en el mundo durante 30 años de trabajo.

En la foto, Liliana Blanco junto al Dr. Fridman en el Aula Magna del CNBA

¿Qué implica trabajar en algo tan delicado, desde la ética?
Hay muchos temas difíciles que se me han planteado, pacientes que vienen con planteos de cosas que no se pueden hacer. Y uno actúa de acuerdo a normas de la Bioética. Luego está el tema de los que buscan ser padres con edad muy avanzada, y uno tiene que pensar también en la salud del niño por nacer y los riesgos de prematurez en embarazos de madres añosas. Hay muchos estudios que se están haciendo actualmente al respecto.

¿Y desde la contención emocional?
El hecho de que una persona o una pareja pida una consulta y esté del otro lado del escritorio, implica ya de por sí que está angustiada. Por eso siempre antes de ver qué tratamiento conviene seguir me ocupo de escucharlos, contenerlos y asesorarlos. En la institución siempre hay apoyo emocional por parte de psicólogos, a la vez que también tenemos que saber acompañar sus duelos en los casos en que no se logra un embarazo o bien el embarazo no evoluciona.

¿Cómo caracterizarías el mundo de la fertilidad hoy?
Por un lado, el acceso a este tipo de tratamientos se ha masificado a partir de la Ley de Fertilización Asistida. Por el otro, es un área en el que aún hay muchas más incertidumbres que certezas, donde por ejemplo, está la revolución de la genética, que avanza a tal velocidad que hay que estamos aprendiendo todo el tiempo.
Por caso, hace muy poco tiempo se pensaba que el hombre no era menos fértil con la edad, pero actualmente también se está viendo un incremento de niños con enfermedades neurodegenerativas por padres con edad avanzada. No están las certezas, pero es algo que se está estudiando hoy.