Publicado en Graduados, el lunes 14 de diciembre de 2020

Un académico argentino que vive en el extranjero regresa a Buenos Aires para encontrarse con un viejo profesor del secundario, su modelo a seguir en la vida. Sin embargo, su viaje toma un curso inesperado y lo hace replantearse muchas cosas. Este es el argumento del film “Tiempo Perdido”, dirigido por Francisco Novick (promoción 2011) junto a Natalio Pagés, en el que participan seis graduados CNBA en distintos roles. Ellos son: Francisco Novick (Promoción 2011); Guionista: Román Fernández (Promoción 2014); Directora de fotografía: Delfina Margulis (2009); Editor: Nicolás Toler (Promoción 2010); Vestuarista: Gabi Zimmerman (Promoción 2014) y Catalina Sikorski (Promoción 2014).

La película puede verse en forma gratuita en la plataforma Cine.Ar, acá.

Hablamos con Francisco, el director, para que nos cuente qué hay detrás de este film, su ópera prima.

¿Cómo es que en la película se reunieron seis exalumnos en distintos roles?

Es curioso. Varios de nosotros nos conocíamos del Colegio y luego terminamos en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), que es un poco una especie de “CNBA pequeño”. Somos de distintas camadas, pero nos encontramos allí y junto a otros compañeros formamos Colectivo Rutemberg, una cooperativa artística, para empezar a hacer cine, en equipo y de una forma bastante horizontal. “Tiempo perdido” es nuestra primera película.

La película recupera una vivencia que muchos tuvieron en el secundario: aquel profesor que a uno o a una lo marcó. ¿Cómo surgió esa idea?

En principio surgió a partir de mi propia experiencia con un profesor del CNBA, de literatura. Fue una persona que me marcó mucho y con la que me reencontré después, y esa vivencia me sirvió para pensar la película, que, obviamente, es una ficción. Pero me pareció interesante indagar en la relación idílica o fantasiosa que a veces se construye entre docente y alumno: cómo alguien se vuelve un mentor, te marca, y del otro lado no está esa intención. Luego, tal vez uno se reencuentra con esa persona y hay expectativas disímiles.

¿Los que hicieron la película conectaron con ese mismo sentimiento?

¡Sí! La situación con un profesor fue algo que tocó a varios en el equipo. La película se construyó grupalmente y la discusión del guión fue compartida por todos. Además, las distintas áreas se fueron nutriendo de nuestras experiencias: desde el mundo interno del personaje, el vestuario, la casa de los personajes, etc.
Por esto también creo que es una peli que le puede interesar a muchos graduados, y a quienes viven en el exterior también, pues hay muchos egresados que viven afuera y que recuerdan a docentes, o que tal vez se han reencontrado muchos años después.

¿Cómo fue hacer esta película de forma independiente?

Fue una tarea heroica. No contamos con el apoyo económico del INCAA, que es lo que se suele hacer, porque no reuníamos los antecedentes, así que fuimos tejiendo alianzas más estratégicas, con la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF),o la Embajada de Noruega, que nos asesoró mucho con el personaje y con la traducción. Este año también ganamos un subsidio de proyecto cultural, que nos permitió terminar la post-producción. La habíamos pre-estrenado en el Festival de Mar del Plata, y este año, la plataforma Cine.Ar la aceptó para estrenar online, donde puede verse hoy. Estamos pensando en estrenarla en salas de cine cuando se pueda, que es lo que queríamos antes de la pandemia.

Los graduados del Colegio que trabajan en la película estudiaron cine y además otra carrera. ¿Por qué creés que se da tanto esto?

Es difícil dar una respuesta porque a nosotros se nos dio naturalmente. Creo que todos tenemos una dualidad entre lo artístico y algo más científico. Es decir, no lo vemos como una dualidad, porque somos las dos cosas y no nos interesa trazar fronteras tan rígidas. Estamos todo el tiempo discutiendo política, ciencia y arte. Tal vez esa “dualidad” sí alimentó la película, porque en el film se termina hablando de qué significa ser un artista, o qué significa ser un científico. El personaje viene con una idea preconcebida muy dura y el otro personaje viene a desarmarla.

¿Pensás que el CNBA influyó en tu vocación o en tu carrera?

Sí y no. Me gustaría que hubiera más empuje y promoción del cine argentino en el Colegio, cosa que no veo. Pero tal vez sí influyó indirectamente… Tengo una anécdota que ilumina bastante esta respuesta. Cuando estaba en 4° año dudando qué estudiar, tenía el cine como una posibilidad. Y este docente, de literatura, me dijo “tenés que estudiar cine”. Cuando terminó el curso, fuimos a ver una obra de teatro con él y luego a un restaurante. Charlamos y después vi que se fue caminando por la calle Florida a la madrugada. Me quedé mirándolo irse, y en ese instante sentí que ese momento había sido muy importante para mí. Y algo de esa escena se ve reflejado en la película.